viernes, 6 de enero de 2012

Derribando creencias limitantes mediante el Coaching

Una de las maneras más fáciles de saber cuando se están manifestando creencias en un grupo de personas es poniendo atención al nivel y a la intensidad de la participación de la gente. Cuantas más personas intentan participar y cuanto más volumen emplean en sus participaciones, más probable es que estén intentando expresar sus creencias. Los anglosajones tienen un dicho para resumir esta realidad: las opiniones son como las narices (por no decir otra parte del cuerpo), todo el mundo tiene la suya.

Pero empecemos por el principio: ¿qué es una creencia? ¿es un hecho? ¿es una mentira? ¿algo intermedio? Si partimos de que varias personas tenemos una creencia propia sobre un mismo fenómeno (la crisis económica, por ejemplo) entonces, por definición, no puede tratarse de un hecho, ya que éste es incuestionable desde cualquier punto de vista. Por otro lado, que los puntos de vista sean distintos e incluso encontrados unos con otros, no necesariamente implica que estén todos equivocados, por lo que una creencia no sería sinónimo de una mentira. Lo cierto es que todas las personas, sin excepción, tenemos creencias sobre todo tipo de temas. Es una manera que tenemos de explicarnos lo que vemos, oimos y sentimos. Algunas creencias se basan más en el método científico, por ejemplo, y otras se basan más en lo que conocemos como fe.

Las creencias por sí mismas no tienen una atribución moral (buenas o malas), pero una persona que echa mano de ellas, puede o no puede lograr sus objetivos. Una creencia que dificulta o impide alcanzar un objetivo resultaría entonces una creencia limitante, mientras que una creencia que ayuda a alcanzarlo sería una creencia potenciadora para ese objetivo en particular. Pongamos un ejemplo: si yo deseo convertirme en un Coach de gran renombre pero creo que no soy bueno para escribir, me resultará complicado utilizar Internet, un blog por ejemplo, como herramienta para alcanzar mi objetivo, de manera que sería una creencia limitante. ¿Qué podría hacer entonces? En Coaching el enfoque para derribar las creencias es, como casi siempre, mediante preguntas. Una persona que es consciente de que tiene una creencia limitante se puede hacer el siguiente cuestionario a sí mismo:

- ¿Qué intento proteger con mi creencia? En el ejemplo sería quizá mi reputación como Coach: si escribo algo que no gusta, podría ver afectado mi renombre de manera negativa.
- ¿Qué valores están relacionados con eso que deseo proteger? Precisamente intentaría proteger mi reputación, que es un valor en sí misma.
- ¿Qué conductas estoy teniendo o impidiendo al tener esa creencia? La conducta que se impide mediante mi creencia es, directamente, escribir en Internet: no escribiría este blog concretamente.
- ¿Qué preguntas me puedo hacer a mi mismo para desafiar mi creencia? Por ejemplo ¿cuántas personas me han dicho que no les gusta mi forma de escribir? ¿he escrito alguna vez en Internet? ¿en qué me baso para decir que no soy bueno para escribir? ¿qué es, concretamente, lo que podría mejorar en mi escritura para empezar a ser "bueno"? ¿mis escritos han persuadido a alguien alguna vez? ¿cuesta trabajo entender mis escritos? Y así una infinidad de preguntas que me ayudarán a contrastar mis creencias con la realidad.
- ¿A qué conclusión llego después de contestar a mis preguntas? ¿Cuál es mi nueva creencia? Si me he contestado a mi mismo que ninguna persona me ha dicho que no le gusta mi forma de escribir, que sí que he escrito alguna vez en Internet y que mis entradas le han gustado a tres o cuatro personas que me han hecho saber que les ha parecido interesante y útil, aunque quizá les gustaría ver más ejemplos de mis planteamientos, entonces me puedo construir una nueva creencia, por ejemplo: tengo una forma de escribir que resulta interesante, si bien resulta un tanto abstracta en ocasiones. Esta nueva creencia me permitirá ponerme a trabajar de camino a mi objetivo, en una tarea concreta: ser más concreto mediante ejemplos.

Las creencias potenciadoras conservan al menos una característica de las antiguas creencias limitantes, ya que es la razón misma de la existencia de la creencia: busca proteger un valor. En este caso, mi nueva creencia "tengo una forma de escribir que resulta interesante, si bien resulta un tanto abstracta en ocasiones" sigue buscando proteger mi reputación, aunque me permite, simultánteamente, cumplir con mi objetivo que es forjarme un prestigio mediante un blog.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por tus comentarios! / ¡Thanks for your comments!