jueves, 2 de febrero de 2012

Ser empático no es ser simpático: la empatía en el Coaching

Frecuentemente pensamos que al reconfortar a las personas, quitarle importancia a sus problemas o aconsejarlas estamos siendo empáticos y ayudándolos realmente a superar sus dificultades. En el mejor de los casos le resultaremos simpáticos a nuestros interlocutores y verán nuestras buenas intenciones, pero en el peor de los casos se sentirán peor. Quizá veremos más claramente lo anterior con un ejemplo que ahora mismo está sucediendo en alguna parte del mundo: supongamos que un amigo o pariente nuestro nos dice "Me han echado hoy del trabajo por una reestructuración de la empresa para sobrevivir a la crisis. No me lo esperaba y no sé qué voy a hacer para hacer frente a mis gastos".

Hagamos una reflexión según el caso:

- Intento de reconfortar: "No te supieron valorar en la empresa, casi mejor que ya no estés allí. Mira que de todos los empleados que podían echar elegirte a ti... Seguro que habrá muchas empresas que estarán deseando contar contigo". ¿Cuál es el mensaje que estamos transmitiendo en realidad aquí? "No te valoran lo suficiente, te valoran menos que a otros de tu empresa, tu empresa no vale la pena. Otros te valorarán seguro." ¿Es eso realmente reconfortante?

- Intento de quitar importancia al problema: "Bueno, no te preocupes, no eres el único a quien le pasa esto. Hay más de cinco millones de parados en España y el mundo sigue. Toca apretarse el cinturón por un tiempo y ya está". ¿Qué mensaje estamos transmitiendo en realidad?  "Tu preocupación es infundada. No te das cuenta de que no eres el único con ese problema. Eres uno entre muchos que le pasa eso y no eres especial por eso. Lo que debes hacer es arreglártelas con poco dinero." ¿Eso hará sentirse mejor a alguien?

- Intento de aconsejar: "¿Ves por qué te había dicho que fueras echando CVs en otros lados? Ahora lo que hay que hacer es no perder la calma, actualizar tu currículum, meterte a webs de búsqueda de trabajo y avisar a todos tus amigos y contactos que estás buscando". ¿Qué estamos diciendo aquí? "Por no hacerme caso estás en esta situación. Como no sabes qué hacer, te lo digo yo. Seguro que no se te había ocurrido lo que te estoy aconsejando. Yo sé más que tú en estas cosas. Debes escucharme a mi." ¿Es eso lo que queremos decir?

En todos los casos anteriores hemos intentado ser simpáticos pero hemos transmitido un mensaje, cuando menos, cuestionable. ¿Qué podemos hacer entonces? ¿Cómo funciona la empatía? Una respuesta empática implica simplemente lo siguiente: escuchar sin juicios, aceptar a la otra persona (ser imparciales con ella), entender lo que nos está diciendo y hacerle ver que estamos entendiéndola. Repasemos las tres respuestas anteriores y busquemos si hemos hecho algo parecido. ¿Estamos hablando desde la objetividad o desde nuestras opiniones? ¿Desde hechos o desde creencias? ¿Estamos aceptando a la persona o negándola? ¿Estamos reflejando entendimiento en nuestra respuesta?

Revisemos ahora una cuarta alternativa: "No contabas con esta situación y no tienes claro qué hacer para enfrentar tus compromisos económicos. ¿Qué opciones se te ocurren?". ¿Qué significado tienen nuestras palabras? ¿Somos imparciales? ¿Hay aceptación de la persona? ¿Estamos poniendo ideas "de nuestra cosecha"? ¿Estamos dando pie a que la persona dé un primer paso para salir del bache?


No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por tus comentarios! / ¡Thanks for your comments!